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Informe de AHIFU #JulioCeleste sobre el sudamericano obtenido el 17 de julio de 1916
Entre los festejos del centenario de la declaratoria de la independencia de las Provincias Unidas se organizó un campeonato con la participación de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. La Copa América todavía no estaba en juego, pero la victoria celeste en 1916 se transformó en el primer título continental.
Paralelamente, el gran dirigente uruguayo Héctor Rivadavia Gómez presentó su idea para crear la Confederación Sudamericana de Fútbol. El proyecto, presentado el 9 de julio, se formalizó en Montevideo el 17 de diciembre con la aprobación de los cuatro países.El trofeo empezó a disputarse en 1917 con otra victoria compatriota.Hubo varios sudamericanos extraordinarios donde no se disputó la copa, pero todos están integrados a la historia de la competencia. Precisamente, el Campeonato de 1916 es uno de ellos y la estadística lo recoge sin discusión.
El nivel del fútbol uruguayo era muy bueno, obedeciendo a muchas razones que conviene repasar. Se establa plasmando laconstrucción del país moderno con leyes muy adelantadas para la época y una reforma de la Constitución que estaba en camino. La Comisión Nacional de Educación Física estaba en funciones desde 1911.La Asociación Cristiana de Jóvenescon el soporte técnico del Prof. Hopkins, las plazas de deportes, el aumento de clubes y la fundación de varias federaciones impulsaron una explosión deportiva extraordinaria.
El modelo futbolístico inglés había quedado atrás. La camiseta celeste nacida en 1910 se transformó en un símbolo de unión y el equipo de 1912 estableció los cimientos del juego, según expresiones del Dr. Gallardo.El aporte criollo con valores sociales y culturales especiales contribuyeron a la adopción de un nuevo estilocon vigencia hasta el cisma de 1922. Esto fortificó la identidad de los habitantes y ayudó a la inclusión.
El equipo contaba con un arquero de gran experiencia que era el dueño del puesto desde 1905. Piendibene y Brachi figuraban en las integraciones desde 1909. Romano y Somma a partir de 1911. Benincasa, Foglino, Pacheco y Castellino sumaban muchos años de servicio al combinado. Varela, Delgado, Vanzzino y Tognola tenían tres temporadas con la celeste.Alfredo Zibechi y Gradín eran más jóvenes, pero mostraban virtudes que los catapultaron al plantel con el beneplácito general. La mayoría poseía el reconocimientopopular. Hombres de personalidad, fuerza y clase comprobada. El ataque jugaba en abanico con Piendibene armando la ofensiva desde atrás y actuando como director de orquesta. Estaba acompañado por intérpretes de enorme valía que colaboraban para un rendimiento acorde a las expectativas.
Uruguay derrotó a Chile por 4 a 0 en el debut. Dos goles de Piendibene y otros 2 de Gradín sellaron la victoria. Los trasandinos protestaron el partido esgrimiendo la presencia de dos africanos entre los celestes. Se referían a Juan Delgado e Isabelino Gradín por su color de piel. Dos compatriotas de pura cepa que mostraban sus virtudes en el deporte y el carnaval. El primero jugó en Central y Peñarol con gran suceso. Al retiro fue utilero de los carboneros, función que también cumplieron su hijo y nieto durante mucho tiempo. El segundo defendió a Olimpia y Peñarol ganando un trascendente lugar en la historia del deporte nacional. Se caracterizaba por su velocidad y poderoso remate. Fue dos veces campeón sudamericano de fútbol y reiteradamente en atletismo en distintas especialidades. Sus marcas estuvieron vigentes durante varias décadas. El poeta Parra del Riego escribió en su honor “Polirritmo dinámico a Gradín jugador de football”. Por supuesto, la protesta chilena no prosperó y el resultado de la cancha se mantuvo. Una clara muestra de inclusión que en esos tiempos no existía en el resto de los países del continente.
El segundo rival fue Brasil que estaba dividido por los problemas entre Río y San Pablo. Su organización data de 1914 y le costó muchos años lograr el poderío que tiene en la actualidad. Los negros debían sortear grandes impedimentos para jugar y eso retrasó notoriamente la capacidad de sus clubes y selecciones. Fluminense constituye un claro ejemplo en la materia.Sigue saludando la entrada del equipo con polvo de arroz. Este elemento era utilizado por algunos futbolistas para esconder su color de piel y ser aceptados. A pesar de esos inconvenientes, sorpresivamente los brasileñosempataron con Argentina que reservó futbolistas. Para Uruguay el cotejo fue más complicado de lo pensado, pero las anotaciones de Gradín y Tognolasellaron el triunfo por 2 a 1.
Quedaba el cotejo con Argentina que era local y contaba con el aliento del público como apoyo. La rivalidad rioplatense ya tenía 3 lustros con una nutrida actividad y frecuentes encuentros. Las tradicionales Copas Lipton y Newton eran las más importantes, pero también se sumaban otros trofeos. Los futbolistas se conocían porque se habían enfrentado reiteradamente. En los comienzos del fútbol organizado la superioridad argentina se reflejaba en los resultados. En la primera década se consignan dos triunfos celestes contra 10 del rival y 3 empates. Después de 1910 las cosas cambiaron totalmente. Desde el debut de la celeste el 15 de agosto de 1910 hasta el comienzo del sudamericano de 1916 Uruguay festejó15 victorias contra 12 de los vecinos y 7 empates. Algunos momentos de paridad y un considerable aumento de triunfos celestes. Las razones son múltiples y fueron explicadas al comienzo de este trabajo.La desaparición del Alumni y una renovación que llevó a Racing a los primeros puestos en la vecina orilla podrían ser factores a tener en cuenta según historiadores argentinos. Mientras tanto, los progresos uruguayos fueron notorios y las variantes del juego mejoraron los resultados.
En 1910 en Buenos Aires, celebrando el primer siglo de la semana de mayo, se había jugado un triangular entre Argentina, Uruguay y Chile que terminó con el triunfo de los locales.Había pasado el tiempo y las condiciones eran otras. Además, el empate favorecía a los celestes y esa era una ventaja indudable.
El cotejo estaba programado para el 16 de julio, pero no se pudo jugar. La gran expectativa generada y la capacidad del escenario hicieron imposible albergar tanta gente. Muchos aficionados lograron ingresar colmando las instalaciones. Otros no tenían donde colocarse y varios miles quedaron afuera. El ingreso de los actores fue complicado y jugar era imposible. El partido fue suspendido. Las protestas fueron impresionantes y el palco incendiado. El peligro para los espectadores fue notorio y la mayoría buscó desalojar la cancha. En medio de la confusión, un marinero subió al techo para evitar que las llamas alcanzaran a la bandera uruguaya ante el aplauso general. Un hecho increíble que mereció el reconocimiento por la significación del símbolo patrio.
Finalmente, el encuentro se disputó al día siguiente en la cancha de Racing y terminó 0 a 0. Con la igualdad Uruguay se coronó campeón dejando al dueño de casa con las manos vacías. El equipo estuvo integrado por Saporiti, Benincasa y Foglino, Zibechi, Delgado y Varela, Somma, Tognola, Piendibene, Gradín y Marán. También alinearon en la competencia Pacheco, Romano, Brachi y Vanzzino. Siempre fue difícil vencer en la capital argentina. La estadística muestra algunos triunfos celestes y varios empates con sabor triunfal. Los albicelestes nunca lograron un triunfo en Montevideo por esta competencia. En tanto, Uruguay festejó 3 títulos en territorio argentino.
Además del título quedó la marca del triunfo. La selección ganó el primer partido de la historia de los sudamericanos cuando derrotó a Chile y convirtió el primer gol por intermedio dePiendibene.
La celeste volvió con el título. En aquel lejano 1916 logró el primer eslabón de una larga cadena de triunfos.La piedra fundamental para una historiacargada de copas y distinciones. En definitiva, la inmensa gloria del querido fútbol uruguayo.
Informe realizado por: Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol Uruguayo
(AHIFU – Autor: Dr. Alfredo Etchandy / www.ahifu.uy)
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Los invitamos a ver la sección COPA AMÉRICA DE 1916 publicada en el sitio web de la AUF