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Informe de AHIFU #JulioCeleste sobre el Estadio Centenario
FOTO 1
Luego del movimiento de tierra realizado en el entonces llamado "campo chivero" -porque los pocos vecinos del que inicialmente se llamó Parque Pereira y en ese momento era el Parque de los Aliados, llevaban a pastar allí sus ovejas-, la fotografía muestra una de las primeras estructuras levantadas con hormigón armado
.
FOTO 2
Se observa perfectamente en la imagen la construcción de la tribuna Olímpica. Se aprecian a la derecha los dos primeros tramos de hormigón armado apoyados en la ladera de la pendiente, lo que hizo innecesarios los cimientos. A la izquierda se aprecian las máquinas que comienzan la fundación del tercer tramo de la tribuna Olímpica erigido en la zona plana a nivel de la calle.
FOTO 3
Excelente fotografía aérea que permite apreciar el avance de la obra. El Estadio Centenario ya exhibe su forma elíptica con una parte ya cubierta de hormigón armado y en la otra los encofrados para recibir el mismo.
FOTO 4
¡Hace hoy 90 años! Excelente imágen captada el 18 de julio de 1930 desde el ángulo de la tribunas Olímpicas y Colombes. En primer plano la platea Olímpica, detrás los dos anillos que entonces tenía la tribuna Amsterdam al igual que la Colombes, y la tribuna América con un anillo. En la cancha se inicia el desfile de las delegaciones,.
La designación de nuestro país como sede de la primera Copa del Mundo de fútbol tiene su origen en el Congreso de FIFA realizado en 1929 en Barcelona.
En la tarde del 18 de Mayo de ese año, y luego de negociaciones cuya dificultad no finalizaría con la proclamación de Uruguay como anfitrión, nuestra nación asumió el desafío de solventar la organización del magno torneo y también el compromiso de construir un Estadio acorde, todo ello con fondos propios.
El día 9, la Comisión de Instrucción Pública de la Cámara de Diputados había aprobado el proyecto de subvención a la Asociación Uruguaya para que construyera su field y organizara el Campeonato Mundial.
El día siguiente, fue tratado el proyecto que en su aspecto medular otorgaba a la A.U.F. una subvención de $ 300.000 para la organización del evento, y también establecía la vigencia de un préstamo reintegrable concedido por la Comisión Nacional de Educación Física a la misma Asociación por la suma de $ 200.000 para la construcción del Estadio oficial. Esa suma sería amortizable en 30 años, sin intereses.´
En la noche del 23 de Mayo, el Consejo Superior de la Asociación Uruguaya de Football aprobó el Convenio suscrito por las Comisiones Especiales de la misma y del Consejo de Administración Departamental, acordando la construcción del Estadio Oficial en terrenos municipales situados en el Parque de los Aliados. Participaron por el órgano rector del fútbol uruguayo los Sres. Dr. Raúl Jude, Ezequiel Baillo, Francisco Tochetti y Teodosio Lezama. Por la autoridad departamental lo hicieron los Sres. César Batlle Pachecho y J. Domingo Cruz.
El extenso articulado, establecía básicamente la entrega en usufructo por el término de 40 años de la parcela de terreno señalada y el compromiso de la AUF de tomar a su cargo la construcción de la cancha y de las instalaciones para jugadores y público, debiendo invertir en ella no menos de $ 500.000.
El Art. 9 determinaba la creación de una Comisión que actuaría durante cada año civil encargándose de la construcción y administración del estadio. Contaría con tres delegados de la AUF y dos municipales, dando nacimiento esta norma a la Comisión Administradora del Field Oficial P (C.A.F.O.), que hasta hoy se mantiene en funciones. La primera Comisión que asumió en julio de 1929 la presidió el titular de la AUF, Dr. Raúl Jude actuando el Ing. Bernardo Larrayoz (vicepresidente), Dr. Horacio Baqué (secretario), Ezequiel Baillo (tesorero) y el Ing. Juan A. Stella (Contador).
Uno de sus primeros actos fue la designación del Arquitecto Juan Antonio Scasso en el cargo de Director de la obra, siendo por entonces director comunal de Paseos Públicos. Scasso concibió la la misma contando con la ayuda del futuro Arq. Domato y del Arq. Daners. Había nacido en 1893 y egresó de la facultad en 1918 obteniendo la medalla de oro. Usufructuó luego una beca otorgada por el Consejo Universitario y se especializó como urbanista estudiando en Italia, Francia y España.
En 1920 había ingresado a la comuna y luego hace lo propio en la Cátedra de Trazado de Ciudades y Arquitectura Paisajística de la Facultad. Luego de sucesivas postergaciones por mal tiempo, el 21 de Julio se coloca la piedra fundamental. El día 7 de Agosto de 1929 se abren las propuestas para la licitación convocada a los efectos de proceder a la remoción de los terrenos.
CAFO adjudica la licitación a la firma Costemalle y Cía., al costo de $ 0.439 por milímetro cúbico de tierra removida; los trabajos de remoción se iniciaron de inmediato, en virtud del apremio a que estaban sometidos los organizadores, llegándose a un total de 17.000 metros cúbicos.
En Setiembre comenzaron a elaborarse los planos y en Noviembre se podía leer en la prensa el siguiente aviso :
“FIELD OFICIAL de la Asociación Uruguaya de Football.
LLAMADO A LICITACIÓN PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LAS TRIBUNAS DE HONOR, OLÍMPICA , COLOMBES Y AMSTERDAM………”
CAFO hacía el llamado a Licitación Pública, indicando que el Pliego de Condiciones, Memoria Descriptiva y Planos estarían a disposición de los interesados a partir del 15 de Noviembre de 1929 en el local de la Asociación.
La apertura de las propuestas se anunciaba para el 30 de Noviembre a las 19 horas.
Mientras tanto, se alimentaba la expectativa del público respecto a los trabajos de ornamentación y embellecimiento exterior, que deberían estar a cargo de la comuna de acuerdo con el Convenio citado líneas arriba.
A vía de ejemplo, citamos la referencia a la Avenida Garibaldi : “hoy casi en completo abandono y que servirá de principal acceso a la cancha” una vez pavimentada.
Finalmente, el 2 de Diciembre se da lectura a las propuestas para las obras de cemento armado, habiéndose presentado cinco de las cuales son elegidas dos : Adolfo Shaw y Dickerkoff y Widman S.A.
Fueron utilizados 14.000 metros cúbicos de hormigón, siendo el ingeniero alemán Hartschun el calculista de la obra. El mismo profesional participó en la construcción del Palacio Salvo y del Hospital de Clínicas.
La obra fue realizada con las últimas técnicas de la época, con maquinaria importada y utilizando personal extranjero especializado en grandes obras de hormigonado.
Se llamó a licitación para la provisión de 200.000 panes de gramilla para el campo, ganando la propuesta número 2, de Miguel Crocce, que había cotizado el millar a $ 17.49.
El Ing. Otamendi, el Ing. Agrónomo Clavelli y Scasso hacen una visita a la empresa para comprobar la calidad y uniformidad del engramillado. El mismo estará a cargo de 14 operarios especializados de la Dirección de Paseos e insumirá 60 días.
Antes habrá que emparejar y cilindrar el piso, colocar una capa de tierra vegetal, fértil, que se extraerá de los terrenos vecinos y una vez colocada, se volverá a cilindrar para posar sobre ella la gramilla.
La misma será regada continuamente y cortada una vez por semana.
Los drenajes quedarán prontos colocando sangradores a dos metros de profundidad que irán enlazados directamente con el gran colector, cuya terminación es cuestión de días.
El desarrollo de la obra se enfrentó no solamente a los obstáculos del mal tiempo que la retrasaba, sino también a la inesperada aparición de cursos de agua en el terreno y al descreimiento y la oposición de buena parte de la crítica periodística, que reclamaba por el “gasto excesivo” en que se estaba incurriendo.
El 15 de Mayo de 1930 el Tesorero de la Asociación, Roberto Mibelli, responde con un extenso comunicado al diario “El Imparcial”, detallando los costos estimados para la finalización del proyecto original los cuales ascienden a $ 804.533.66.
Los recursos disponibles por la AUF son apenas de $ 576.618.25, sirviendo de elocuente prueba para descartar toda afirmación que implique una crítica a la citada Asociación por medrar a costa de los poderes públicos y de la afición en general.
El Estado dicta la Ley del 18 de Junio de 1930, que modifica el Art 1ro. de la Ley del 16 de Mayo de 1929 que subvencionaba a la Asociación con $ 300.000 para la organización del Campeonato Mundial de Fútbol, disponiendo que esa cantidad quedaba acordada para la construcción del Field Oficial y para gastos de organización, no pudiendo sobrepasar éstos la suma de $ 150.000.
Con esta modificación, la asociación apostó al resultado positivo del producido de la venta de entradas con respecto a los gastos de organización y procedió a integrar la partida total de $ 300.000 con el préstamo de $ 200.000 de la C.N.E.F., más títulos de Deuda Pública en su poder y el fondo obtenido por venta de entradas que se había creado en 1928.
Se estimó el gasto máximo en $ 620.000, procediéndose al “recorte” del proyecto inicial, suprimiéndose los tramos superiores de Colombes y Ámsterdam, el segundo tramo de la Tribuna de Honor (luego denominada América), los vestuarios que deberían ir debajo de ésta y que fueron construidos en los altos de la Tribuna Olímpica y otros detalles menores.
El Estadio “llave en mano” tuvo un costo a valores actuales de U$S 8.175.361, teniendo en cuenta la inflación en dólares desde Julio de 1930 a Julio de 2020 y la paridad cambiaria a la fecha de la inauguración, situada en $1.16 por cada dólar.
El 18 de Julio de 1930 se inauguró con el desfile de las delegaciones y el partido Uruguay –
Perú.
La obra resultó magnífica, destacándose en la mayor tribuna del Estadio la emblemática Torre de los Homenajes. El Arq. Antonio Cravoto no escatima elogios para la misma, expresando que “asimila las distintas expresiones arquitectónicas contemporáneas y su ajuste a una obra y a un emplazamiento concreto”.
Scasso buscó representar en ella la bandera nacional con nueve balcones.
La base de la torre remeda dos alas de avión y la proa de un barco que simbolizan la llegada de los inmigrantes, todo ello coronado por un asta que servirá para que ondee la bandera nacional.
José Luis Zorrilla de San Martín diseñó una victoria alada que se colocaría al pie de la Torre, pero la idea no se concretó.
La Torre de los Homenajes fue declarada “Bien de interés departamental” en 1995.
Para construir la Tribuna Olímpica se aprovechó un terraplén existente y sobre pilares y vigas se inició la construcción de la 2da. Gradería.
Las fundaciones de Colombes y Amsterdam no pudieron realizarse sobre pilotes, optándose por pilares con anchos patines en sus bases.
Scasso definió el lugar como estratégico para el tránsito, pudiendo además articular la altura de las diferentes tribunas para lograr las posibles vistas.
Localizar el campo de juego por debajo del nivel del terreno, contribuye a disminuir la incidencia del viento y la dimensión sobresaliente del edificio.
Gestiones llevadas adelante por el Sr. Dante Iocco ante el entonces Presidente de FIFA, culminaron con la designación del Estadio Centenario como Monumento Histórico del Fútbol Mundial, en 1983.
Símbolo majestuoso de una época pujante del país, los noventa años del “Coloso de cemento” nos llevan a recordar el esfuerzo conjunto de las autoridades públicas, de la Asociación Uruguaya de Football, y de los profesionales y obreros que participaron en su diseño y construcción.
Bibliografía consultada : Diarios “El Imparcial” y “El País” 1930 / Documentos Ministerio de Instrucción Pública / Arq. Juan Ackermann – Revista AACJPU / Fotos : CDF – Montevideo y colección del autor
Informe realizado por: Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol Uruguayo
(AHIFU – Autor: Cr. Juan José Melos / www.ahifu.uy)