En el mundo del fútbol hay una frase tan popular como aceptada: no todas las porterías miden lo mismo. La metáfora, claro está, no tiene que ver con las dimensiones de los arcos en sí, sino con la responsabilidad que conlleva la defensa del mismo de acuerdo a su historia.
Es en este contexto dónde conviene colocar a la figura de Fernando Muslera, heredero entre otros de Roque Máspoli y Ladislao Mazurkiewicz, quien a los 27 años se apresta a atajar como titular de Uruguay su segunda Copa Mundial de la FIFA consecutiva. Pilar silencioso del equipo que logró el histórico cuarto puesto en Sudáfrica 2010 y que ganó la Copa América 2011, Nando lleva ya cinco años como el número 1 de la Celeste, una continuidad que habla por sí sola.
A poco del debut contra Costa Rica en el marco del Grupo D de Brasil 2014, el actual arquero del Galatasaray de Turquía conversó en exclusiva con FIFA.com sobre el torneo que se avecina.
En una escala del 1 al 10, ¿qué grado de ansiedad tiene de cara al debut ante Costa Rica?
¡Once! Y no importa lo que uno haya vivido cuatro años atrás porque, si bien llega con otro aplomo, con otra mirada a todo lo que fue nuevo en 2010, jugar un Mundial es lo más grande que puede vivir un futbolista. Te emocionas casi como la primera vez.
Cuando lee sobre las bajas por lesiones, ¿teme a lo que pueda pasarle a usted?
No, miedo no... Es como salir a manejar con la idea de que vas a chocar. Uno tiene que jugar sin pensar en eso, pero el riesgo está y ojalá no le pase a nadie más. Hay que intentar sólo concentrarse en la preparación para estar a punto.
¿Cuál es el cambio más notorio en usted mismo con relación a cuatro años atrás?
La madurez, tanto dentro como fuera de la cancha. Aprendí a manejar ciertas emociones que antes no podía controlar. Ahora me siento más aplomado, pero también tiene que ver con el grupo, que tiene experiencia. Son pocos los compañeros que debutarán en un Mundial.
¿Siente que Uruguay debe repetir una actuación como la de 2010 para demostrar que aquello no fue casualidad?
¡No! Aquel cuarto puesto, seguido del título en la Copa América, generó una expectativa a nivel internacional con respecto a Uruguay y a su crecimiento, pero nosotros sabemos que no fue casualidad. No podemos llegar a Brasil con la mochila de ser finalistas para mejorar aquello. Para el hincha debemos ser campeones del mundo, pero nuestro primer objetivo tiene que ser pasar el grupo.
Entonces, ¿no se animó a trazar los posibles cuadros de Uruguay camino a la final?
Sinceramente no, y no lo voy a hacer tampoco. Si te tomás tiempo pare eso, no disfrutás el presente. No es chiste eso de que para salir campeón tenés que ganarles a todos los que se te cruzan, entonces no veo motivo para hacerlo.
¿Le molesta que Uruguay no aparezca como candidato al título?
Para nada. A Uruguay nunca le quedó el traje de favorito. Prefiero llegar como a Sudáfrica, donde fuimos los últimos en clasificarnos y pocos nos creían capaces de pasar la zona. El perfil bajo es algo que siempre caracterizó a este plantel.
Cuatro años atrás fueron Sudáfrica, México y Francia. Ahora han tocado Inglaterra, Italia y Costa Rica. En los papeles, ¿era más complicado aquel grupo que este?
Si bien era mi primer Mundial y veía las cosas de otra manera, la realidad indica que este es más complicado. Si bien hace un tiempo que no hay rivales fáciles, por nombres y por experiencia, esta zona es más difícil en la previa. Cuando salió el sorteo, el primer comentario general fue '¡siempre tenemos que remarla!'.
Igual, Uruguay parece estar hecho para desafíos así...
Es cierto, el uruguayo tiene algo de eso: cuando las cosas se ponen difíciles, sale adelante y suele estar a la altura, y algo de eso hubo en Sudáfrica ¡Ojalá se repita! (risas).
Todos afirman que el primer partido es fundamental: ¿mito o realidad?
¡Qué va a ser un mito! El primer partido es clave, aunque es cierto que puede no ser decisivo. Costa Rica no es la cenicienta del grupo: tiene jugadores en Europa, ha crecido mucho y lleva varios años siendo difícil para todos. ¡Si casi nos dejan afuera de Sudáfrica! (ndr: disputaron la repesca por un lugar en aquel certamen)
¿Qué arquero de los tres que va a enfrentar en la zona le genera más admiración?
Y, lo de Buffon es admirable... ¡Va jugar su quinto mundial! Tiene 36 años pero ataja como si tuviera 24. Lo he enfrentado y es un crack en el arco, pero también como persona. A mí me gustaría tener esa vigencia en mi selección.
¿Desea quedar como el mejor arquero en la historia del fútbol uruguayo?
(Piensa) Yo trabajo para dar lo mejor. Después, los resultados marcan y ahí llegan esos rótulos: podés ser más grande, uno de los mejores... Yo no trabajo para lo que diga la gente, sino para aportar lo mío a la selección.
Pero a esta altura, si tuviera que colocarse entre los grandes arqueros uruguayos de todo los tiempos, sabe qué lugar ocuparía...
Sinceramente, no sabría cómo contestarte... Sé que logré un título con la selección, y eso es importantísimo para mi carrera. Después están los récords, y yo tuve la suerte de superar a un enorme arquero uruguayo como Mazurkiewicz en mayor cantidad de minutos sin recibir goles en el arco de Uruguay en un Mundial. Entonces, cuando pienso que alguna vez le dirán a alguien 'estás por romper la marca de Muslera', es fuerte. Eso es estar dentro de la historia. Igual, prefiero no compararme con los anteriores.
Y pensar que una de las paradas más recordadas desde que usted es titular la hizo Luis Suárez ante Ghana en Sudáfrica por cuartos de final...
¡Fue increíble! En aquel momento hasta quise que la sacara (Jorge) Fucile, porque se mandó una volada espectacular que hubiese sido la atajada del año. Suerte que a Lucho se le ocurrió esa picardía, porque nos dio una vida más y al final la aprovechamos. ¡Apenas terminó el partido le regalé los guantes!
Otra pregunta de valoración: de 1 a 10, ¿cuán cansado está que le pregunten por el Maracanazo?
Uhmmm... Un 8. Pero se entiende, es una parte importante de la historia del fútbol uruguayo, y nosotros vivimos mucho de eso. Otro Maracanazo sería espectacular pero no por el hecho de haberlo hecho antes vez antes, sino porque significaría que ¡somos campeones del mundo!
¿Se deja soñar con eso?
¿Por qué no? Soñar es gratis, está dentro de uno y, Dios quiera, se pueda hacer realidad.