Corría el minuto 42 en el reloj del marcador del estadio de Lankaran y Alemania ganaba 1-0 a Uruguay cuando Yamila Badell recibió un preciso pase de Carolina Birizamberri y, desde el área pequeña, anotó sin marca, el gol que suponía el empate. Ese gol, ha pasado ya a la historia del fútbol uruguayo como el primero logrado por un combinado celeste femenino en una Copa Mundial de la FIFA.
Yamila recorrió el campo, abrazó a todas y cada una de sus compañeras y corrió a la banca para celebrarlo con el resto del equipo. No era para menos. Después de las dos derrotas sufridas ante la RP de China y Ghana, - que significaron su eliminación del torneo -, las jóvenes charrúas veían, por fin, un resultado positivo a todo su trabajo. “Ese gol es el fruto de lo que trabajaron en la cancha. De cómo se pararon, de cómo se movieron. Teníamos ese gol como atragantado, así que lo viví con la piel erizada. Me siento muy orgullosa de estas chiquilinas”, nos decía tras el partido la seleccionadora Graciela Rebollo.
“Es una recompensa… Nos merecíamos esos goles por toda la entrega y el trabajo en equipo!”, remarcaba emocionada Yamila. La joven delantera estaba exultante porque, de hecho, al final fueron dos los tantos que marcó en el partido. Si bien el resultado final, de 5-2 favorable a Alemania, resultó casi anecdótico. Así lo entendió también el público, que estuvo apoyando a Uruguay durante todo el partido y celebró los goles como propios.
En el corazón de los aficionados
Las charrúas, sin duda, se ganaron a los espectadores locales con sus cantos y bailes durante el calentamiento. “Ves a otras selecciones en silencio, concentradas, pero nuestra forma de sacarnos los nervios es distinta. Nosotras cantamos. Es algo natural. Es lo que nos sale”, comentaba la número 11 de la celeste, que no quiso atribuirse el mérito de los dos históricos goles, ambos a pase de Carolina Birizamberri. “El primer gol, sobre todo, fue del equipo, porque la jugada arrancó desde la arquera, pasó al lateral, de ahí el balón fue a un volante, y solo al final me llegó a mí –explicaba con entusiasmo-. Yo tuve la oportunidad de convertirlo, pero éste es un gol de todas”.
Estos dos tantos permitieron a Uruguay despedirse de esta Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA con un mejor sabor de boca, ya que hasta este momento el joven combinado celeste solo había engrosado su estadística de goles en contra.
Ante la RP de China y Ghana, Yamila, que había marcado la friolera suma de nueve tantos en los clasificatorios sudamericanos, no pudo convertir. Eso sí, no dejó de trabajar para el equipo en ningún momento. “Como delantera, tenía la ilusión de marcar en esos partidos y no se dio, pero también tuve otras funciones aparte de esperar a recibir el balón. Tuve que bajar, presionar, ir al tranque, incluso raspar… No me fijé demasiado en el gol, porque sobre todo se trataba de intentar sacar adelante al equipo”, rememora.
Con este doblete ante las germanas se ha quitado la espina, y para la memoria del fútbol charrúa queda ya ese primer gol anotado por esta joven de 16 años en el minuto 42. “Ha sido una emoción muy grande –asegura con una enorme sonrisa- Y más hacerlo en un Mundial, que sea el primer gol en un torneo así para Uruguay, ¡y ante un equipo que tiene el nombre de Alemania! Es un gran orgullo. Le he dedicado el gol a toda mi familia”, confiesa.
Concluida esta aventura, es tiempo de volver a casa. Pero Azerbaiyán 2012 solo ha sido el comienzo para esta generación de charruitas que, lideradas por Yamila, prometen dar más de una alegría a la afición uruguaya.
Fuente: FIFA.com